¿Sabes qué es la Disforia Poscoital?

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Nos apostamos lo que quieras a que alguna vez te has sentido así

La Disforia Poscoital es algo más común de lo que parece y no tiene difícil explicación. Además gracias a los avances de la psicología, hoy en día tiene fácil solución, bueno, más o menos.

post coitum omne animal triste est (después del coito, todo animal está triste)

Antigua Cultura Romana

Actualmente, la Disforia Poscoital, se considera un sentimiento común en los seres humanos, tanto por razones psicológicas como biológicas.

Empezamos por la razón psicológica. Durante las relaciones tenemos diferentes intercambios de acciones, besos, caricias, miradas y mucho más. Pero cuando hemos terminado y nos encontramos en la cama nos sentimos desamparados. Por este motivo recomiendan que haya confianza y cariño con la persona que compartimos cama en ese momento.

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Cuidado

No estamos diciendo que una mujer no pueda tener sexo con un chico aleatorio (o viceversa) sin tener ni cariño y confianza con esa persona. En este caso estamos hablando de las mujeres y hombres que por desgracia sufren de Disforia Poscoital.

De hecho no es necesario tener sexo para sentirse así, muchas personas lo experimental tras masturbarse, o incluso, después de leer o pensar en algo erótico.

Por desgracia esto nos viene heredado por los miles y millones de tabúes sexuales que existían (y existen aún) no hace tanto tiempo.

Por otro lado, hablando de la parte biológica, se cree que es la amígdala la que nos hace sentir esto. 

La amígala es una parte del cerebro que se encarga de regular la ansiedad y el desasosiego. Esta amiguita deja de funcionar cuando mantenemos relaciones sexuales y le da un pequeño descanso a nuestro cerebro. Pero cuando terminamos, toda nuestra ansiedad vuelve de golpe y es por eso que podemos llegar a sentir esa tristeza e incluso incomodidad.

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Sin Embargo

Aunque recomendamos tratar esto con un psicólogo, en caso de sufrirlo. Nos gustaría añadir que el sexo es algo maravilloso y no deberíamos sentirnos ni sucios ni malos tras hacerlo.

Nuestra pequeña esperanza son las generaciones futuras, que observamos a nuestro alrededor y vemos como disfrutan del sexo, hablan y comparten entre ellos sin tabú ninguno. Eso nos llena de orgullo y satisfacción.

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